Calentamiento esencial y movilidad amable
Coloca una mano en el abdomen y otra en el pecho. Dirige el aire hacia la mano inferior y suaviza la mandíbula. Círculos lentos de hombros, inclinaciones laterales del cuello sin forzar, y respiraciones profundas para sentir el cuerpo presente. Ocho respiraciones aquí cambian todo el inicio de tu práctica.
Calentamiento esencial y movilidad amable
En cuatro apoyos, alterna arqueo suave y redondeo de espalda. Mueve muñecas, tobillos y caderas con pequeñas oscilaciones. Carlos juraba que era “demasiado rígido” hasta que, tras una semana, notó la espalda más despierta. Mantén el movimiento fluido y la respiración constante; la suavidad también fortalece.